Así era la feria de Santo Tomas.
FONDO FOTO CAR. RICARDO MARTIN |
Los caseros se acercaban a la capital para pagar el arrendamiento del caserío a su propietario; renta que normalmente estaba formada por una cantidad en metálico "y un capón". Como obsequio, el propietario del caserío le solía entregar al arrendatario una bacalada.
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